nos sumergimos en un universo paralelo
donde la luz viaja a menos de 30 km/h.
¿Qué modifica esto en
nuestra percepción de las cosas?
¿Podremos alcanzar a la luz
andando en bicicleta?
Y si la alcanzamos,
¿veremos al mundo como lo vemos
en nuestra vida cotidiana?
Ante nosotros y a nuestra derecha
vemos el pasillo que acabamos
de abandonar.
Todo luce normal en él.
Subimos a la bicicleta,
nos acomodamos y
comenzamos a pedalear.
Así avanzamos por el pasillo.
Lo que vemos a nuestro lado
Dejamos atrás a la gente y al pasillo
una y otra vez, y cuanto
más rápido pedaleemos
todo lo que hay a nuestra derecha
se verá comprimido a lo largo,
pero no en lo alto.
Todo se angosta en la dirección
de nuestro movimiento.
Las distancias y longitudes
se acortan
Las distancias se acortan
en la dirección de nuestro movimiento,
porque la luz sigue llegando
a nosotros con la misma velocidad
que cuando estábamos quietos.
No importa que nos movamos
hacia ella o en su mismo sentido,
la luz siempre nos alcanza
con la misma rapidez.
La matemática de la Teoría
de la Relatividad traduce
este fenómeno, verificado
experimentalmente,
en la contracción de las longitudes.
La luz es lo más veloz
Tampoco podemos superar
la velocidad de la luz.
Alcanzamos el 99% de su valor,
el 99,9%, el 99,99%, pero jamás el 100%.
La luz es el fenómeno
natural más veloz y nada más
que ella puede viajar a esa velocidad.
Y por más rápido que corramos,
la luz siempre nos alcanza.
Lo que vemos al frente
Y hacia delante, las distancias
parecen acortarse y los objetos
que dejamos atrás se agolpan
delante de nosotros...
La luz nos alcanza.
El tiempo se ralenta
También le ocurre algo
muy extraño al tiempo.
Cuanto más rápido pedaleamos,
cuanto más rápido avanzamos,
los sucesos en la sala discurren
con mayor lentitud.
Sin embargo, en la bicicleta
todo se ve normal...
y así sería según la Teoría de la
Relatividad.
Este fenómeno, verificado
y medido rutinariamente por
científicos y técnicos,
se llama dilatación del tiempo.
Pero ¿por qué?
Porque la luz nos alcanza
siempre con la misma velocidad,
no importa si corremos,
si andamos en bicicleta
o si estamos quietos
o caminando en la sala,
si vamos hacia ella o
nos alejamos de ella.
Éste es uno de los postulados
de la Teoría Especial de la Relatividad.
La constancia de la velocidad de
la luz es la observación experimental
que dio lugar a la Teoría
de la Relatividad.
Reciprocidad
Las personas en el pasillo
verían, recíprocamente,
la contracción de nuestras longitudes
y la dilatación de nuestro tiempo.
La Teoría Especial de la Relatividad,
la primera parte de la creación
de Einstein, establece la simetría
de las observaciones,
pero sólo abarca movimientos
sin grandes aceleraciones
y en campos gravitatorios débiles.
Leyes naturales iguales
para todos
Esa simetría se rompe
cuando entran en juego
grandes aceleraciones
o gravedades intensas.
Cuando arrancamos o frenamos
bruscamente con la bicicleta
sufrimos empujones,
hacia atrás o hacia delante.
Al intentar demostrar que
las leyes de la naturaleza
pueden ser descriptas
por cualquier observador y
sin dependencia de su movimiento,
Einstein creó la
Teoría General de la Relatividad.
El tiempo se dilata
absolutamente
con las aceleraciones
Para dar consistencia a semejante
afirmación, Einstein debió
establecer que esos empujones equivalen
a la acción de campos gravitatorios, y
modifican irreversiblemente
el latir del tiempo en el ciclista
y su bicicleta, por ejemplo.
Al acelerar o frenar bruscamente,
el ciclista ve que los sucesos en
la sala se aceleran como
en una película de Chaplin:
su propio tiempo se estira sin que él lo perciba.
La Teoría General de la Relatividad
afirma que la gravedad marca
el ritmo del tiempo.
Los campos gravitatorios intensos
ralentan el paso del tiempo
Esto sería un cuento de hadas
si no fuera porque los cálculos
de la Teoría General de la Relatividad
se usan, por ejemplo,
en el ajuste periódico
de los relojes de los satélites
de posicionamiento global (GPS)
para sincronizarlos con los de tierra.
La gravedad terrestre
en órbita satelital es
mucho más débil
que aquí en la superficie.
Por ello, los relojes orbitales...
adelantan respecto de los nuestros.
Veamos qué hora marca
el reloj de la bicicleta.
Ángel Castro
Clickeando aquí puede hallar un exhaustivo compendio de verificaciones empíricas y usos prácticos de la Teoría de la Relatividad (PDF).
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